Mi
Nueva vida
Orga, el sabio que me conducía a
mi destino, entró en la habitación y parándose a pocos pasos de donde antes
estaba situado, me miró para que entrara. Ya
en el primer paso que di en el interior de la estancia pude comprobar la
riqueza de la sala, su suelo cubierto casi completamente por una alfombra de
color violeta y como ornamento un
cuadrado de oro tejido en ella, el suelo al descubierto era de madera oscura
donde se percibían las betas de los arboles de donde habían sacado la madera.
La puerta se cerró detrás de mí
pero ni siquiera me giré, ya que algo que estaba delante de mi estaba
concentrando toda mi atención, era un señor entrado en años, con su pelo
grisáceo, que con postura cansada miraba por el gran ventanal de la sala, esta
pensativo y aunque no le podía ver la cara era como si con su espalda estuviera
sujetando un gran peso, se le notaba cansado y reflexivo. Orga y yo nos
aproximamos al escritorio y nos paramos a cinco pasos de ella, de repente un
suspiro cruzó la habitación y el hombre que antes miraba por el ventanal ahora
mantenía su mirada fija en mí.
-
Han pasado muchos años desde la última vez que
nos vimos…. Y tú no lo recordaras – sonríe- eras una pequeña criatura que solo
pensaba en jugar pero…………. ahora el mundo, nuestro mundo ya no es el que era….
Hemos tenido guerras, hemos perdido amigos, hermanos y ahora……….. nadie se
puede fiar de nadie………… la gente esta corrompida y la esperanza está en manos
de muy pocos.
Al pronunciar
esas últimas palabras “la esperanza está en manos de muy pocos” sus ojos antes
fríos y evaluadores se han permitido el lujo de temblar, por primera vez he
visto a un alto cargo emocionarse. Los
guiados son hombres fuertes casi inalterables, son los elegidos para transmitir
las decisiones de los jefes. Ellos siempre han siso pilares de la hermandad,
cuando todo parecía perdido ellos juntos a los héroes conseguían unir la
hermandad y esto nos hacia fuertes….. ahora…… después de como he visto a uno de
ellos me pregunto ¿si este no será nuestro fin?, y si lo es ¿ que serán de los mortales?
¿Quién les cuidará y les ayudará?
-
¿Sabes quién soy? Me pregunto
-
No señor. Conteste
-
¿conoces a los seis guiados?
-
Claro señor son: German, Hadulfo, Hernan,
Humberto, Leonardo y Manfredo. Sus leyendas les preceden, sus gestas sus
recordadas y recitadas por los mortales desde hace décadas. German el
incansable luchador; Hadulfo el poderoso combatiente a quienes los dioses le
concedieron la fuerza y la protección de los lobos; Hernan el sabio creador de
alianzas y paces de pueblos eternas; Humberto el sabio dotado de una mente
brillante para las negociaciones, las estrategias de lucha y las soluciones a
problemas; Leonardo, bravo como un león, el más grandioso de los héroes que
lucho por la liberación y protección de los mortales y por último, y no por eso
menos importante Manfredo un mortal nombrado sabio por sus grandes hazañas en
el poder, por la demostración de su
objetividad, su justicia, su benevolencia, su humanidad en su reinado mortal.
-
Yo soy Humberto el de la mente brillante, antes
un gran guerrero ahora ya no tengo fuerzas ni para sostenerme casi- suspira
mirando al suelo- esta guerra nos está quitando nuestra energía poco a poco.
En este
momento lo único que puedo ver es a una persona derrotada por los años, por la
edad, por las culpas, por las responsabilidades… no hay ni rastro de quien dice
ser, de esa leyenda que vive en los corazones de los mortales, como un suspiro
de esperanza. Pero pasado un tiempo en el que Humberto parece reflexionar y
darse cuenta de lo que le está pasando… levanta la cabeza y con energías
renovadas me dice:
-
Agilae ven conmigo, es tiempo de verdades, no se
debe prorrogar mas, es tiempo de esperanza y esta solo se hará posible con la
revelación de antiguos secretos.
Con estas
palabras Humberto se acerca a la pared izquierda donde posa su mano y aparece
una puerta, que mas tarde por un mecanismo que no logro ver, se abre. Yo me
aproximo hacia esa puerta seguido de la persona que no se ha separada de mi
desde que entre. Al cruzar la puerta me encuentro con una escalera de caracol
de mármol blanco por donde bajamos en espera de mi destino.
Las escaleras
daban a una sala oscura alumbrada con antorchas de fuego antiguas, la sala era
de piedra, era como una cueva. Humberto se paro al lado de las escaleras de un
altar y me insto a subir a él. El altar estaba compuesto por una piedra central
que hacía de mesa y un círculo enfrente ambos tenían símbolos de una lengua
antigua, yo me aproxime y las palpe con mis dedos. Así estuve durante unos
minutos sin darme cuenta de lo que pasaba a mí alrededor hasta que me gire y vi
a seis hombres vestidos con túnicas blancas rodeando el altar. Estaban
preparándose para un rito eso estaba claro pero……. ¿yo que hacia allí? No lo
entendía hasta que Morh, el sabio que me guió hasta Humberto se aproximo a mí
con una túnica blanca y me dijo:
-
Ha llegado tu hora, hoy es el día en el que entenderás
muchas cosas. Ponte la túnica los sabios esperan.
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