jueves, 25 de octubre de 2012

Capitulo 7


Aprendiendo a ser ángel
Si os soy sincero creía que esto era más divertido.  Durante estos diez días que han pasado no hecho más que estudiar y cumplir órdenes…..
Cuando salí de la sala de ritos Humberto me acompaño a la que desde ese día es mía habitación, cuando llegamos él se fue y yo me quede organizando y ordenando, cal terminar decidí descansar, pues imaginaba que al día siguiente empezaría mi entrenamiento como ángel. Así fue desde el día de mi iniciación no hecho más que fortalecer mi cuerpo para mantener mis alas y estudiar un sinfín de manuales relacionados con la magia: Aprendizaje y uso de las artes blancas; Artes negras y protección; Legado legendario; Historia de héroes, etc. Al principio era entretenido pero no tengo tiempo de nada cuando termino con las clases tengo que ir a ejercitación y arte de la espada, así estoy todo el día…. y sigo sin respuestas.
Después de un largo día me encuentro en mi habitación fría apenas personalizada, estoy tumbado en la cama mirando por la ventana que esta próxima a mi cama, es el único momento de relax que tengo. Me gusta mirar el cielo oscuro solo alumbrado por las estrellas y la luna… en estos momentos es cuando mi mente viaja al día en que conocí a esa joven de la ventana, no he podido sacarla de mi cabeza desde el día en que la vi y sé, que lo que me está pasando ahora me aleja cada vez mas de ella, pero siento algo que no sabría definir  y que me hace buscar su voz en la noche, que me hace cerrar los ojos e imaginármela sentada en su viejo escritorio…………. Bufffffffff no debería de estar pensando esto. Me levanto de la cama y me aproximo a la ventana, hay muchas cosas que me frustran pero sobretodo odio que no me den información sobre mis padres, por más que pregunto……. solo encuentro evasivas de unos y de otros, parece el tema tabú del que nadie quiere hablar.
En estos días que llevo instalado aquí he conseguido bastantes avances, ya consigo guardar y sacar mis alas cuando lo deseo, he aprendido a usarlas aunque me sigue costando en algunas situaciones y no sé cómo pero desde que pusieron en mis manos la espada ha pasado a ser parte de mi cuerpo. Desde siempre he sentido una atracción por ellas por sus empuñaduras, sus hojas y sus grabados ahora supongo que se porque era, me acuerdo cuando veía en un escaparate alguna me quedaba mirándolas, las escaneaba, intentaba memorizar cada grabado, cada característica única de cada espada. En mis pensamientos me hallaba sumergido cuando tocaron a mi puerta.
-          Adelante
La puerta se abrió y Aparicio Humberto
-          Hola Agilae, ¿Cómo te encuentras?
-          Cansado, ¿Cómo quieres que este? No paro en todo el día de un sitio a otro, solo obedezco sin obtener respuesta y yo Humberto…. Yo no elegí esto, vosotros me elegisteis pero sigo sin entender porque… - le miro con ojos de suplica esperando que me dé información.
-          Lo sé pero tienes que trabajar más e intentar controlar tus emociones o te traerán problemas, muchos problemas.
-          Otra vez- lo digo en voz alta pero estas palabras están dirigidas a mi más que a la otra persona que está en la sala- siempre igual…………….. me estoy cansando.
-          Tienes que aceptar tu destino
-          ¿Qué destino? No sé de qué me hablas- grito pues me siento frustrado- No habláis conmigo desde el día en que llegué solo me dais ordenes y yo parezco una maquina solo obedezco porque vosotros decís que es lo que tengo que hacer, que me tengo que preparar, ¿para qué?...
-          Buffffffffffff- Humberto suspira- Esta bien, ven conmigo
-          ¿A dónde? – ya no me fio de nadie ni siquiera de él que me ha estado acompañando desde que llegue. Levanta la cabeza y me mira con ojos de suplica…- Esta bien…. Te sigo, tu primero….- alargo mi brazo indicando le la puerta para fortalecer mis palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario