lunes, 1 de octubre de 2012

Capitulo 6


El rito
Mi cara debía ser un poema estaba muerto de miedo, Morh lo percibió y antes de dejarme solo me guiño un ojo como apoyo. Yo me relajé inmediatamente y me dispuse a ponerme la túnica, cuando terminé me coloque en el inicio de las escaleras del altar y me puse la capucha.
Los sabios empezaron a oral en una lengua que no conocía:


“Augna matog parcok puigtau ath ot
Trukat leyat percut tiu matyup
Alat yupak fegot qoatak tupag
Muajak qiotak parske
Dakop falep parfet kioatop sephjat”
“Los sabios conjuran a la madre blanca
Nosotros te traemos una parte de ti
Para que le des el poder que le corresponde
Muéstranos su esencia
Le ayudaremos y guiaremos en su destino”.


Yo no sabría lo que significaban esas frases hasta tiempo después.
 Cuando terminaron la sala estaba iluminada con una luz que no sabía de dónde emanaba pero que me permitía ver las armaduras y las espadas de los héroes legendarios. El Gran sabio Ponka que había sido el centro de la ceremonia me llamó y se coloco en el altar sentado en la mesa de piedra, me rasgo las vestiduras de la parte de arriba dejando mi espalda y mi pecho al descubierto y me hizo tumbar… lo único que recuerdo es que al despertar me sentía débil pero a la vez fuerte y tenía un gran dolor de espalda. Miré a mi alrededor y vi que estaba en la misma sala, en la del ritual, me dispuse a levantarme pero me mareé estaba muy débil aun, asique me quede quieto un rato pero al mirar hacia una zona oscura algo me altero y más cuando vi salir de ella a una persona vestida como un monje, del susto me puse de pie torpemente, pero a la vez unas salas me salieron de mi espalda, pesaban mucho por lo que iba dando bandazos de un lugar a otro. El monje se quito la capucha y pude ver de quien se trataba, era Humberto.
-          Tranquilo Agilae soy yo…. Aun estas débil siéntate anda
Se acerco y me ayudo a sentarme, entonces intente girar mi cabeza todo lo que pude para verme las alas, no entendía nada y mi compañero lo sabía asique hablo:
-          Los grandes sabios han dispuesto todo para que seas un Angel, es tu hora hoy tu debes marcar nuestro destino… ¿te acuerdas de algo de infancia?
Yo en este momento no sabía nada estaba anonadado ya solo con pensar que tenia alas, las alas solo las tienes los miembros importantes de nuestra hermandad y porque se lo han ganado. Al verme que no sabía que decir prosiguió.
-          Supongo que no, eras muy pequeño para acordarte. Agilae eres adoptado, es más, los recuerdos que tienes de tu infancia no son reales y ahora debes recordar lo que se te enseño en tus años de infante. ¿Cómo te encuentras?
-          Creo que mejor pero…… si te soy sincero sigo sin entender nada….
-          Lo entiendo – sonríe- intenta ponerte de pie….. espera que te ayude
Con su ayuda conseguí ponerme en pie pero seguía fallando algo, mis alas pesaban mucho y no podía sostenerme apenas.
-          Mírame Agilae…. cierra los ojos e imagínate sin alas
Y vualá, increíble pero mis alas desaparecieron… miré a Humberto con ojos de incredulidad por lo que me altere internamente y otra vez mis alas aparecieron de la nada.
-          Jajajajaja Agilae tienes que tranquilizarte sino no lo conseguirás jajajaja. Venga inténtalo otra vez.
-          Está bien pero es difícil- otra vez cerré mis ojos e hice lo de antes esta vez sí conseguir mantener mis alas guardadas.
-          ¿A que pesan? Jajajaa
-          Si – yo también sonreí, la verdad que en parte era divertido y me gustaban mucho mis alas eran blancas con tribales.
-          Bien joven debemos avanzar, tengo que enseñarte muchas cosas…
Así comenzó mi nueva etapa como ángel, desde hoy se que muchas responsabilidades caerán sobre mi espalda, al igual que tendré que tomar muchas decisiones difícil pero por ahora  creo que voy a disfrutar del momento.

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